EPIFANÍA
Cuando tú día a día avanza, realizando distintas
actividades que lamentablemente no siempre te gustan desempeñar más sin
embargo, tienes el deber de llevarlas a cabo, dentro de todo ese martirio
puedes encontrar algún hobbie el cual amas, incluso puede ser tú mismo trabajo
que adoras tanto, es decir, la mayoría de las personas buscan la felicidad
realizando el trabajo de sus sueños pero siendo realistas poco lo logran, pocos
pueden estar plenamente feliz con lo que realizan, a pesar de ello el algún
punto de la vida aquello que te creía llenar de goce total simplemente ya no lo
hace más. Las pinturas donde plasmabas bellas pinceladas, las palabras que expresabas
en historias magnificas, las recetas de comida que salían de forma espontánea
por la satisfacción de crear algo nuevo, los sonidos de una melodía diferente
cada vez que tocabas el instrumento que se encontraba en casa y que ayudaba a
relajarte, la inexplicable energía para crear planes de ventas o estrategias
para tú negocio, el diseño nunca antes creado en una obra de arte; todo esto que
parecía ser innato en tú persona, esa sensación de tener habilidad en lo que
realizabas, de repente desaparece.
Enojo por no poder realizar algo que era tan sencillo
para ti, frustración porque las cosas no salen de la manera en que esperas, por
no ser lo suficiente creativo o creativa para que las palabras tengan
coherencia, para que la pintura sea armoniosa, para que la funcione de manera
correcta; y que decir del vacío que se expande cada vez más para darle paso al
eco de los pensamientos en tu interior “no eres lo suficiente para esto”
“debería dejarlo”, el enojo con tú persona crece de manera inaudita llevando a
un nefasto cansancio mental.
Un respiro
La monotonía llega incluso en esa actividad que
realizas por gusto ya que en el momento en el cual te aferras a ella sin
recordar lo que en un inicio fue gratificante para tú persona comienza un
laberinto, es decir, puedes resignificar o recordar aquella emoción o
sentimiento que hizo clic con el momento en que surgió ese inesperado placer en
aquella actividad, no te obligaste a que te gustara sino que el sentimiento
ingenuo llegó sin más, te lograste dar una oportunidad y ¿por qué no darte una
oportunidad nuevamente para seguirlo disfrutando?
Quizás es momento de dejar de exigirte de sobremanera
en algo que significativo para ti, replantear la idea ¿era esto lo que quería
hacer?, explorar actividades de otras personas, buscar inspiración en el otro.
Además existe la posibilidad de que no tenga nada que ver con tus habilidades
innatas sino con ese problema resuelto con una persona especifica que no te
deja continuar, cariño déjame decirte que muchas veces esa persona eres tú ¿estás
bien contigo mismo/misma para estar bien con los demás? ¿esa emoción o
sentimiento está en su lugar? ¿tú área física y mental de trabajo se encuentra
limpia?
A veces creemos que ya no hay nada sorprendente sin
darnos cuenta de la epifanía presente. Mira tú reflejo cambiante en el espejo brillante.